Profesora de Estilismo, Maquillaje, Estética.

miércoles, 31 de julio de 2013

CUIDADOS BASICOS PARA MANTENERSE EN LINEA

Llevar una dieta racional, practicar ejercicio de forma regular, tomarse la vida con tranquilidad y cuidar la piel son las claves para poner el cuerpo en forma. Los amantes de la belleza corporal adoran la perfección de una musculatura firme, una silueta perfecta y una piel dorada al sol. Todas y cada una de estas prácticas llevadas al extremo pueden ser peligrosas. Cuidados básicos Con un mínimo de cuidados y un poco de orden en nuestro plan de comidas, tendremos un cuerpo sano y esbelto. Estar bella por dentro y por fuera pasa primero por sentir una actitud vital y feliz frente a la vida. Hay que olvidarse cuanto antes de someterse a torturas físicas y sacrificios gastronómicos que nos colocan al borde de la lipotimia. Es necesario tomarse la vida con calma y gozar del placer de los cuidados corporales sin obsesiones competitivas. Lo ideal es seguir un plan de cuidados en armonía con las estaciones y el propio cuerpo. Sin embargo, la norma general es cuidarse mucho en primavera y verano. Piel con buen tacto Exfoliación: Después de limpiar la piel con una ducha conviene practicar una exfoliación semanal para conseguir un tacto más suave en todo el cuerpo. La exfoliación es un gesto mecánico que consiste en eliminar las células muertas que se pegan a la parte externa de la epidermis, retrasando el proceso natural de renovación celular. Hidratación: Las leches hidratantes corporales rinden más y penetran mejor cuando la piel está bien exfoliada. La razón principal es que muchas veces el acúmulo de células muertas que recubre la piel no deja que las cremas actúen como deberían. Sobre la piel limpia y exfoliada aplicar el body milk desde la punta del pie hasta la base del cuello, masajeando con suavidad y siempre en sentido ascendente. Masajes: Con un masaje a la semana la piel y los músculos se estimulan y mantienen en condiciones óptimas. Muy recomendados los de espalda y pies porque harán que todo el cuerpo sienta un bienestar inmediato. Ambos ayudan a equilibrar toda la energía del cuerpo y a liberar las tensiones físicas y mentales del estrés y el trabajo diario. Drenaje linfático: Cuando hay problemas circulatorios o de retención de líquidos en piernas y brazos, los suaves bombeos del drenaje linfático son una alternativa muy eficaz. Un par de sesiones a la semana son suficientes para empujar la circulación y ponerla en órbita. Al cabo de un mes se aprecia una mejoría notable. Alimentación: un poco de todo sin abusar Comer bien se refleja no sólo en la báscula, también en nuestro aspecto general: pelo brillante, sentido del humor, resistencia frente al cansancio, etc. La ración ideal: En una dieta sana se debe comer de todo sin abusar de nada. Las porciones ideales de cada grupo de alimentos han sido medidas por la Organización Mundial de la Salud. En primer lugar el grupo de cereales-arroz-pastas (6-8 porciones), vegetales (3-5 porciones), frutas (2-4 porciones), lácteos (2-3 porciones), pollo- pescado- carne- legumbres- huevos (1-2 porciones) y finalmente el grupo de grasas, aceites y azúcar debe ser un complemento mínimo. Baño de propiedades Un baño, además de apetecible puede convertirse en un tratamiento de lujo dentro de casa. En una sola sesión, el cuerpo se ensalza de pies a cabeza. En momentos bajos actúa como un potente revulsivo. Sólo hay que tener especial cuidado con no poner el agua demasiado caliente. Por otra parte resulta muy vigorizante finalizar con chorros alternativos de agua fría o templada. Si adoramos el agua caliente, habrá que advertir que los baños por encima de 37 grados no deben exceder de diez o quince minutos. Además antes de sumergirnos en una bañera de agua extraordinariamente caliente, debemos descartar problemas de tensión baja y mala circulación, ya que nos podríamos llevar un buen susto. Nutritivo. Este efecto se consigue disolviendo en el agua aceites hidratantes (jojoba, germen de trigo, etc.), algas o cosméticos preparados para nutrir la piel. Tonificante. Añadir a la bañera aceites vigorizantes o bálsamicos: limón, frambuesa, pino, romero, eucalipto, ciprés, etc. Relajante. Con el agua a la misma temperatura del cuerpo y esencias sedantes: sándalo, mejorana, lavanda, etc.



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